domingo, 23 de marzo de 2008

El Costo de Reducir los Costos

Mi pronóstico es que nos estamos acercando a un mundo tan competitivo que el desarrollo de ventajas claras sobre los competidores va a resultar más importante que las campañas para reducir los costos agresivamente. Ahorita percibo que se pondera más a un ejecutivo agresivo en reducir los costos a machetazo limpio que un ejecutivo agresivo en innovar sacando mejores productos y operando innovativos procesos, obteniendo finalmente en dos o tres años costos más bajos que los competidores.

Bajar los costos me parece muy importante, pero no hay mucho futuro, por eso me parece más fundamental innovar lo que hacemos y al mismo tiempo, en dos o tres años bajar los costos con mejor posición competitiva. Pero si no hay innovación al mismo tiempo que bajamos los costos, no vamos a tener futuro.

La necesidad de reducir a machete limpio todos los costos para lograr resultados "en el próximo trimestre", nos puede llevar a un estado de "indefensión", pues al reducir todos los presupuestos sólo queda tiempo, recursos y energía para operar ajustado lo que ya se está operando. ¿Y quién va a desarrollar nuevas ventajas?

Si se contesta que nadie, porque ahorita de lo que se trata es de sobrevivir, entonces, la suerte está echada, la organización como carne seca sin grasa, se quedará reciclada, haciendo lo mismo una y otra vez, hasta convertirse en maquila de sí misma. Pero para sobrevivir como maquiladora, hay necesidad de pagar menos que los chinos, y por lo tanto ¡todos a comer menos granos de arroz que los chinos!

Si en estos momentos un empresario no siente ni percibe la apremiante necesidad de tener muy claras las ventajas que se tendrán que ir desarrollando contra los competidores, es altísima la probabilidad de seguir pensando sólo en reducir los costos y al terminarse la grasita, se seguirá con el músculo, y al final la empresa quedará convertida en carne seca de piltrafa.

A la fecha las preguntas del tipo: ¿Cuánto hemos reducido nuestros costos?, ¿Qué porcentaje de reducción de gente llevamos?, ¿Cuál es el pronóstico de utilidades a fin de año?, ¿Cuál es el plan nuevo de reducción de costos?, ¿A cuánta gente vas a eliminar? Llevan preponderancia y delantera.

No hay duda que en general las empresas han reducido sus costos de una manera radical y por ello algunas se han defendido. Sin embargo, llega un momento en que la reducción de costos de forma despiadada ya no da para más. Como decía el filósofo alemán en 1780, Lichtenberg: "Si no produces algo de valor, después de vender tu camisa tendrás que vender lo demás".

Entonces sucede una doble ironía por un lado se premia a los ejecutivos que saben eliminar todo tipo de gastos que no produzcan resultados visibles e inmediatos, pero por otro lado, nunca se calcula el daño que se ha hecho a la empresa. ¿A qué costo se reducen los costos para tener un efecto en el corto plazo?

El tremendo costo de reducir costos, no se ve, ni se analiza, pero ese costo reducirá la capacidad de vida y crecimiento de la empresa en un mundo globalizado.

Después de cortar costos y gastos, nadie contabiliza el tremendo costo de ya no tener tiempo, ni recursos mínimos, ni funciones mínimas, para dedicarlas a generar modificaciones a productos y procesos nuevos. Nadie se da cuenta que junto con el baño del agua sucia de excesos de costos y otros gastos que se han tirado, se ha ido también en el mismo baño el bebito que queríamos limpiar y que nos podría salvar.

He visto ingenieros de producción, de diseño y de operaciones, así como ejecutivos de mercadotecnia que no encuentran dos horas a la semana para dedicarlas a innovar productos y procesos. Cuando les sugiero que dediquen al desarrollo al menos la hora de comida, me contestan que ya tienen comprometidas todas las horas de comida y que además, están saliendo muy tarde de la empresa. ¿Qué pasa?

Pues que ya su lucha está media perdida, porque si ni siquiera se tiene tiempo para preparar nuevas armas y los competidores están cerrando el margen, se comienza a vivir dentro de un organismo con vida casi vegetativa. Nadie quiere sacar una iniciativa "porque hay cero presupuesto", y así se pierde la lucha competitiva.

Cuando en una organización ya se ha agotado todo el espacio, todos los recursos y ya no hay tiempo para la innovación y desarrollo, lo que le sugiero a cada persona que ahí se encuentre es que le quite dos horas a su domingo, a su familia y a su diversión. Urge el tiempo dedicado al estudio y reflexión sobre innovaciones posibles y deseables a todo lo que hacemos.

Sé que los tiempos son muy difíciles, pero estamos pagando lo que no hicimos hace años, cuando deberíamos de haber conceptualizado y realizado las innovaciones que nosotros no tenemos, pero que nuestros competidores ya tienen y con esas innovaciones nos traen en la lona sin energía para innovar.