martes, 22 de mayo de 2007

No Basta con el Ingenio

No basta con el ingenio

Bienvenidos a Tecnología, boletín informativo de tendencias de Tecnología de Información.
Se dice que los mexicanos somos creativos e ingeniosos. Pero una cosa es la creatividad individual y otra la creatividad corporativa. Y otra aún muy distinta es generar riqueza con base a la creatividad.
En Estados Unidos a alguien se le ocurre que vender café al estilo coffebar es una buena idea, y algunos años después tiene un negocio multimillonario llamado Starbucks. ¿Por qué no pudo ser un emprendedor de Veracruz, Chiapas o Tabasco, por ejemplo quién lanzara los cafés verdes al mundo?
La innovación, es decir, generar ideas y transformarlas en productos o servicios rentables, se ha vuelto un elemento crucial para diferenciarse de los competidores, no sólo a nivel empresa, sino también a nivel de país. Por desgracia, esa innovación sigue siendo algo esquiva en nuestras empresas y país. ¿Por qué? Porque no basta con ser ingenioso, hay que saber cómo canalizar el talento creativo para que sea funcional a la creación de valor. O, más llanamente, muchas veces faltan los procesos adecuados al interior de la empresa. Pero también falta la visión de país, la amplitud de mirada y la unión de esfuerzos para apostar por el desarrollo de ciertos sectores que le otorguen un nuevo impulso competitivo a nuestro México en la estructura global que rápidamente está tomando forma. Si en menos de dos décadas Finlandia pudo reinventarse en un gigante de alta tecnología. ¿Por qué México tiene que seguir apostando a un esquema industrial cuyas ventajas se esfuman con rapidez ante el impacto productivo de China?
Estas y otras preguntas deberán de ser debatidas en profundidad. Las buenas ideas no faltan, pero el desafío es enfocarlas, ponerlas en práctica y hacerlas rentables. Es por ejemplo, lo que hace Genomma Lab que, apostando fuerte a los medicamentos genéricos, está poniendo de cabeza al mercado farmacéutico mexicano. O lo que CEMEX hace a través de sus plataformas de innovación, generando nuevos modelos de negocio que le han ayudado a convertirse en un jugador de talla mundial.
Una queja común que suele escucharse en nuestro país es que no podemos innovar más porque somos una región pobre en capitales. Sin desmerecer este argumento, vale la pena leer en esta edición la sección "Como innovar en una era de austeridad". Según el autor, las empresas deben aprender a "convertir magros recursos en innovaciones radicales (...) a innovar audaz y consistentemente pero barato".
Por último, siempre conviene respetar una de las reglas más antiguas de la creatividad, que no por antigua es menos eficaz. Es la que esbozó el inventor Thomas Edison: "El genio es 1% de inspiración y 99% de transpiración".